Pensé odiarte.
Como a un hijo bastardo repudiarte.
Más no puedo,
eres lepra de mi torpe cerebro.
Mi corazón se alimenta,
de tus metáforas inquietas.
Y La cuajada tinta de mi sangre.
Te llama a borbotones,
va reventando mis venas.
Te odio.
Te amo.
Me lastimas.
Tus ninfas me seducen,
asta encamarme con ellas.
Noches febriles, de esperma en poemas.
Yo anhelo aniquilarte.
Ser solo carne que se bambolea.
Asida por el gancho de la vida.
Y a mordidas entrar asta tu boca.
Pero sigo enganchada a la puta poesía.
Sí...jejej qué tendrá la poesía... no hay forma de despegarse.... Veo que vuelves ... un abrazo tengas un buen día de viernes
ResponderEliminarGracias linda
EliminarBuen enganche a la poesía.
ResponderEliminarMuy buenos versos.
Besos.
Hola me alegra saber de ti.
EliminarBesos
diossssss ahora que te leo caigo en la cuenta de que TE NECESITABA. Un abrazo, guapa, no sabes la alegría que tengo de haberte encontrado.
ResponderEliminarNiña!, contigo!
ResponderEliminarbuena buena! no lo dejes nunca!
abrazos. ML