viernes, 31 de agosto de 2012

Los Marineros






Encarna camina lento,

de la mano de su niño.
Por la cuesta del calvario,
hasta el espigón maldito.
Ya llegan los marineros
-¿Dónde estará mi mario?
Sus ojos los están buscando
Mas solo encuentran desatino
-Pepe, Juan, Antonio, Esteban,
donde esta mi fiel marido.
Con la cabeza en el suelo
ninguno le presta oídos.
Encarna corre a la orilla.
la jalan por el vestido.
-Señora dese la vuelta
que está llorando el chiquillo.
Cae al suelo de rodillas
y las olas por testigo.
Muerde una letanía
y la escupe al mar bravío.
- Maldito seas mar nuestro
de pan y sudor maldito.
Te llevaste un hombre bueno.
Marido padre y amigo.
Encarna enjuga su llanto
Con los bordes del vestido.
Se levanta temblorosa
y corre abrazar al niño.
Que la mira y rompe en llanto.
¡Ay qué pena de mi niño!
-No llores tú mi pequeño.
Mientras que tu madre viva
no te faltara un lucero
que brille sobre tu cama
y vele tan tierno sueño.
en la mesa siempre pan
Vino, pescado fresco.
Mira al cielo niño mío
Es azul mar de los muertos

miércoles, 29 de agosto de 2012

Pena dicen que se llama...

Entre Jarales y olivos... una jornalera canta,

la vara siempre asida y virgencita en la cara,

canta por sus adentros... por sus adentros espanta

a los tordos pasajeros y la entonan las cigarras.



Pena dicen que se llama... nadie sabe de ella nada

El sudor, como los oros... lo van buscando las plantas

Y ella con sus ojos negros, canta bajo, pero... ¡canta!



De vez en cuando suspira... y si nadie la está mirando

reza un avemaría y un padre nuestro blanco.

Ora cabeza baja, ora mirando al campo,

pasan las horas de olivos y aceites de avellano.



Pena dicen que se llama... nadie sabe de ella... ¡nada!




martes, 21 de agosto de 2012

La gitana costurera, trenza juncos de esperanzas

La gitana costurera, trenza juncos de esperanzas
Va cantando entre sus dientes una soleá mascada
Los niños van jaleando, acompañando con palmas
Y un suspiro ineludible busca bucles esmeralda.
jornaleros de paciencia, vienen buscando su cara.
¡Ay luz que pierdes la noche, buscando las esperanzas!
¡ay volantes del vestío que más que portar… declama!
¿Decidme si la aceituna tiene su envidia marcada?
¿Decidme si las alondras la buscan las madrugadas?
Decidme si alguna noche
…sus muslos tendrán
… mi calma.

lunes, 13 de agosto de 2012

A veces


A veces la vida,
te sorprende con espejos rotos,
con puntas de flores ajadas.
Con acordes de silencios entonados.
Olvidadizas manos,
un cuerpo en espera.
Los rincones se vuelven,
paraísos de rimas y sonetos,
las musas sonríen a tus oídos.
Desvelando tú sueño

La niña



Hoy he vuelto abrazar
a la niña de ojos chispeantes.
Cabellos anudados a la espalda
La mire desde mi alma triste.
Como en su caminar
sereno se alejaba.
Busque mi beso
de tierna flor para arroparla.
Y en comunión las dos
ser una amada .
Hoy encontré a esa niña.
Triste callada.
Asomarse al balcón,
de mi alma blanca

jueves, 9 de agosto de 2012

Caminito de piedras




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Caminito de piedras,
para mis pies descalzos.
Que desanden todo,
lo que habían andado.
Cadenas de flores,
no atan mis manos.
Sumergidas en tinta,
caballos danzando.
Caminito de piedras,
para mis pies descalzos.
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Unos pies desnudos
anudados al alma,
caminando despacio
brisa fresca en la cara.
Unos pies calzados
de espuma de algas
caminar sereno.
Risas que acompañan.
Pies como guijarros,
pequeños y lisos
desojando vida
andando caminos

miércoles, 8 de agosto de 2012

Poemas sueltos


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Caí tantas veces.
Sobre hojas asfaltadas,
en un bosque de cipreses oxidados.
Levántame, las rodillas quedan rotas
y una mancha cruel deja su rastro.
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No me vistas con aparatosas lentejuelas.
Ni corones de laureles y guirnaldas mis verdades.
Solo quiero que la luz de mi camino,
no deslumbre más que el tintineo,
de luciérnagas amantes.

domingo, 5 de agosto de 2012

La llorona

Hoy mis letras se visten de luto
Se quiebran y se desgarran
Y es por ti. Chávela Vargas
Allá donde estés,
Como tú cantaste
Que te vaya bonito
Que nunca te falte el ron
Ni una lagrima en tu cara
Reina de los desamores
Mi llorona, ya no llora
Se ahogo en tu beso amargo
Y la parca estará festejando contigo
Desde mi alma de triste poeta
Mi último verso de despedida






sábado, 4 de agosto de 2012

Amîr



Había sido un día duro de trabajo y nadie se sorprendió.
Cuando a las 9 de la noche yo estaba ya bailando desnuda con Morfeo.
Unos segundos después vi: esos ojos, negros como la pena que reflejaban.
Me miraban desde lejos; el estaba apoyado en la columna del arco de los Nazaríes.
Con una mano extendida otra sobre la empuñadura de su Kajar.
Me llamo dos veces con un susurro:
-Maryam Maryam
Una música jovial me despertó.
Amîr:
Aquel nombre que entre risas oí murmurar hacia dos noches.
Lo recuerdo bien, porque esa noche salí con las amigas al pub de moda y me convencieron para probar un coctel nuevo que preparaba el” todo músculo, cerebro cero”, nombre que se gano a meritos el día que abrió la boca.
Salimos del local a las 3 de la mañana; subí por el casco antiguo, hasta llegarar al enorme mirador donde Alhamar se rindió a Felipe III.
Caminaba ligera por el frio y también por el respeto que me daban aquellas viejas murallas, un poco achispada por el coctel de mi amigo el “cerebro cero”.
Vi mi casa a lo lejos y una figura erguida que me esperaba apoyada en el quicio de la puerta.
-Pensé:
- Mi hermano
Pero a cada paso que daba, mi vista me confundía: si, era joven, pero esas ropas….
Oí un acelerón de un coche y unos gritos desde dentro:
-Morenaza
Me distrajeron un segundo y cuando mire, la figura ya no estaba.
Ya en mi habitación tumbada, mirando la lámpara, me quede dormida pensando que aquella bebida había surtido un efecto raro.
Entre en un sueño placido, que alboroto las risas de unas niñas. Farfullaban en una lengua antigua extraña que yo entendía perfectamente.
Eran menores que yo, lo intuí por la forma de sus senos, aun como mandarinas.
Toda la pequeña habitación olía a jazmines y azahar y estaba llena de cojines de vistosos colores velas e incensarios.
Y yo desnuda, en medio, dejándome peinar y perfumar por aquellas chiquillas que entre risas me decían:

- Amîr te espera, rápido- Unas se dedicaban a engalanar mis pies y manos con dibujos de flores y hojas, con un tinte negro que mojaban de un cuenco y me regañaban:
-¡Maryam : quieta que eres como el rio que juega!- Y sonreían.

Me engalanaron con pendientes largos de esmeraldas y un collar a juego.
Una vez perfumada y peinada, me pusieron un jubón blanco encima de mi cuerpo desnudo.
Salieron todas entre risas y murmullos.
Quede sola unos segundos, se abrió el portón de la habitación y lo vi:
Era hermoso, vestido con una túnica gris.
Extendió su mano y me llamo por mi nombre:
-Mayram Maryam- Repitió dulcemente
.
Le ofrecí mi mano y justo un milímetro antes de rozar la suya,
algo impacto en mi cara:
-¡Despierta holgazana¡hoy es el gran día – era Andrés, mi hermano, con su tono habitual entre irónico y sarcástico.

Le hice un giño y le devolví el almohadazo,
Después, lo mire con un halo de tristeza y pesadumbre, y le pregunte:
-¿Tu crees en la reencarnación?- me miro, levanto la ceja y soltó una carcajada que aun retumba en mi cabeza
Baje los escalones de dos en dos, tenía prisa, en el último escalón, mi padre me cogió en volandas
-Mi pequeña ya tiene 18.
Había olvidado mi propio cumpleaños. Todo lo acontecido en estas noches me tenía trastornada:
-¡Ay papa quita!- logre escabullirme de él.

Devore el pastel a toda prisa, no sin antes soplar las velas y pedir mi deseo.
Cerré fuerte los ojos, recordé su mirada, su pelo, su boca y desee en silencio:
-Quiero encontrar a Amîr.
Mi cumpleaños, ¿como pude haberlo olvidado?, tras volver a casa caminando desde mi trabajo.

Trabajaba hace unos meses en una mercería al mando de la señora Francisca, una mujer rolliza de unos 50 años para la cual todos los hombres eran el mismo Lucifer pero con pene desde el día que su Pepe se fugo con la hija de la pescadera, mi antigua sustituta, 20 años más joven que él.

Estaba anocheciendo y mi móvil no paraba de sonar, eran mis amigas,
tome la decisión de no cogerlo pues sabía que me enredarían.
En mi mente ya solo había sitio para él: Amîr.
No cene con la escusa de que tanto pastel me sentó mal.
Ya en la cama, mi padre subió con una manzanilla, me beso en la frente y me dijo:
-Yo también la echo de menos.
Unos minutos después ya percibía el aroma a jazmines y azahar.
Amîr estaba frente a mí:
-Tiemblas amor¬- me dijo mientras colocaba mí mano en su jubón cerca del corazón
-¿Oyes?- latía como un caballo desbocado.
-Te amo Maryam- Mientras, su mano dibujaba las formas de mis pechos por encima de la seda.
Me beso y deslizo el jubón fuera de mi cuerpo:
-Que hermosa eres, por Ala. Tengo celos del aire, el cielo y esa luna llena que te contempla.
Acerco su cuerpo desnudo al mío sentí, su pene firme y una humedad que me quemaba por dentro.
Hicimos el amor toda la noche.
No hubo rincón ni recoveco de mi cuerpo que Amîr no deshojara.
Esa noche fui como una rosa blanca que, pétalo a pétalo, yacía en sus manos.
Nos dormimos exhaustos, desnudos, formando un nudo de sabanas y piel.
Aun estábamos dormidos cuando el sol entro por la ventana y brillo sobre mi pelo azabache de mina, manojo de noche y misterio.
Mi cabeza sobre el pecho de Amîr .
Sentía su respiración, su corazón era un caballo desbocado en una montaña escarpada.
Mi mano en su mano y aun se percibía el olor a almizcles azahar y jazmines.
Abrí los ojos, en el instante que sentí como una voz lejana me llamaba:

............

miércoles, 1 de agosto de 2012

No selles mis labios, con hilos de plata










Cuanto , me amarga, caminar por tus calles.
Por que tus piedras, me sangran el alma.
Sus gritos furiosos de gente pagana,
que intenta apedrear, la conciencia que me habla,
que quiere ser libre, mas quieren atarla.
No selles mis labios, con hilos de plata,
que aun muda mi boca, te grita mi alma.
No cortes mis alas, no rompas mis ansias,
de crear amor, de dar sin esperar nada.
Lléname las manos, de rosas encarnadas,
de nubes azules, de gaviotas blancas.
No quiero caminar por tus calles,
que me duele el alma,
de buscar el mar, en casas encaladas.
Me niego a respirar, nada que no sea tu aroma,
que solo la sal, aletee en mi boca,
juegue con mi piel, me haga ser su esposa.
Que mis manos libres, son como palomas,
dibujando sueños, creando mariposas.
Te regalo lo más hermoso de mí,
mi palabra, es tuya toda,
léela, entiéndela, que ella entre en ti,
y cada mañana sea la que te arropa.
Que te de la bienvenida, cada día.
Que habrá tus ojos, que ilumine tu vida.








Devorar con gula la hermosura



Tengo un hambre atroz,
de ver lo que mis ojos ya intuyeron.
Tocar todo lo que se, que ya a existido.
Y de oler la vida que me roza.
Me inquieta cada día.
Devorar con gula la hermosura
amanecer del día en mi cabello.
Olor a sol entre mis dedos,
Saborear la tierra, el mar
Hasta sentirme plena y satisfecha.