miércoles, 1 de agosto de 2012

No selles mis labios, con hilos de plata










Cuanto , me amarga, caminar por tus calles.
Por que tus piedras, me sangran el alma.
Sus gritos furiosos de gente pagana,
que intenta apedrear, la conciencia que me habla,
que quiere ser libre, mas quieren atarla.
No selles mis labios, con hilos de plata,
que aun muda mi boca, te grita mi alma.
No cortes mis alas, no rompas mis ansias,
de crear amor, de dar sin esperar nada.
Lléname las manos, de rosas encarnadas,
de nubes azules, de gaviotas blancas.
No quiero caminar por tus calles,
que me duele el alma,
de buscar el mar, en casas encaladas.
Me niego a respirar, nada que no sea tu aroma,
que solo la sal, aletee en mi boca,
juegue con mi piel, me haga ser su esposa.
Que mis manos libres, son como palomas,
dibujando sueños, creando mariposas.
Te regalo lo más hermoso de mí,
mi palabra, es tuya toda,
léela, entiéndela, que ella entre en ti,
y cada mañana sea la que te arropa.
Que te de la bienvenida, cada día.
Que habrá tus ojos, que ilumine tu vida.








Devorar con gula la hermosura



Tengo un hambre atroz,
de ver lo que mis ojos ya intuyeron.
Tocar todo lo que se, que ya a existido.
Y de oler la vida que me roza.
Me inquieta cada día.
Devorar con gula la hermosura
amanecer del día en mi cabello.
Olor a sol entre mis dedos,
Saborear la tierra, el mar
Hasta sentirme plena y satisfecha.