Era una niña rara, sus ojos eran cristales opacos, su cabello un enredo de brisa marina y su boca de pez hacia burbujas de espuma y sal.
Dormitaba en la arena de la playa, dibujando con sus dedos diminutos eclipses de hipnóticas libélulas azules.
Y soñaba con las nubes ya preñadas de versos de colores y una lluvia fina de metáforas.
imgen Nicoletta
Hola, Anabel, te había perdido de vista. He decidido convertir en privados mis blogs de cuentos y de poesía. Si quieres que te autorice a verlos, me envías tu email a lacasaagramatical@gmail.com. Necesito tu dirección de email para que blogger te autorice a acceder a ellos. Ahora ya no los puede leer más que un grupo de amigos porque estoy publicando mis obras en forma de libros. Un abrazo, me encanta cómo escribes.
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