miércoles, 18 de julio de 2012

Aún despierta, me parece bella





Tumbada en el diván.
Con las piernas entre abiertas.
Dejaba asomar el enjambre tupido de su bosque.
Toda ella emana una luz de nácar y marfiles.
La boca entre abierta era un cáliz de suaves texturas.
Un recital hermoso a la vista.
Su cabello enredado en sus senos,
como remolinos de furia,
deja entrever tímidamente sus carnes blancas.
Aún despierta, me parece bella.






Imagen de Conrad Roset

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